PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN
Correr hacia el entramado subrepticio y ahondar. Urdir en la caladura profunda de las ventanas, coronar los tejados, conquistar las cornisas y diletar en los asfaltos. Entregar, ceder las vísceras, los sentidos y andar en auto, gemir en auto, chorrear intestinas causas motoras hacia un mismo lecho y no frenar. Mirar los rostros, el trazo, el vértice y desfigurar ubicuas las curvas. Inspirar el hedor, el solitario laberinto, el silencio fétido y los alcantarillados. Brotar en un río de estiércol, ungir de mierda las veredas y descreer de los zapatos. Marchar al cruce aglomerado y repentino de las esquinas y aguardar… amarillo… verde… la noche.

CONTENIDO POR TEMA

Nuevo exemplario contra los engaños y peligros del mundo


Acababa la tarde en voluptuosos ribetes de luces sobre la comarca, pero no así en el bosque, donde una extraña oscuridad cubría los espacios, bien entre las ramas donde adormecen las hojas la ausencia de hadas, bien en el húmedo lecho que ampara las criaturas que aguardan la noche.
Y es en el bosque, más bien en sus márgenes, donde tarde, aún se escuchan las niñas:

- Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está... ¿Lobo está o no está?
- Se está poniendo los pantalones.
Papá dijo que el Lobo vive en el bosque y se come tu inocencia y se lleva tu alma... Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está... ¿Lobo está o no está?

El Extraño observa a las niñas detrás de un árbol. Sus ojos destellan una severidad helada y cruenta.

- Se está poniendo los zapatos.
Papá dice que no hay que acercarse al Lobo, ni hablarle, ni escucharle... Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está... ¿Lobo está o no está?

El Extraño se acerca calladamente hasta una roca próxima a las niñas, entonces constata a sus lados la gustosa privacidad del momento.

- Se está poniendo la camisa.
Mamá dijo que el Lobos atacó a una niña y le desgarró las entrañas y la miró desangrarse... Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está... ¿Lobo está o no está?

El Extraño observa a las niñas con agitación contenida.

- Se está poniendo el saco.
Mamá dice que el Lobo te ataca y dejas de ser niña, ni juegas, ni te ríes. Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está... ¿Lobo está o no está?

El Extraño se incorpora y ensanchando su nariz expira el aroma de la tarde en forma pausada y medida...

- Hola pequeñas... ¿Qué hacen solas tan cerca del bosque?

Se escabullían las primeras brisas nocturnas, unas colmadas de fragantes aromas vegetales, otras apestadas de oscuras y sucias chimeneas; cuando los Padres revolviendo los últimos reposos del guisado y ya inquietos por la ausencia, vieron entrar a las niñas:

- ¡Un Extraño!
- ¡Un Extraño cerca del bosque!
- ¡¿Las ha atacado, les hizo algo?!
- Él dijo, nos dijo que no... que no confiáramos en el Hombre... que inventa historia de Lobos para ocultar sus crímenes...
- Si, nos dijo eso... Y entonces, entonces el Lobo se sacó su disfraz de Extraño y, con cara de ofendido, corrió hacia el bosque.

FIN